Banyeres: Conferencia sobre la violencia de género “Cómo empieza todo” (Acto perteneciente a las actividades del Día Internacional de la Mujer)

Representantes del Col·lectiu de Dones "El Farcell", David Vila,
Núria Figueras (alcaldesa de Banyeres) i Joana J. Fernández
(concejala de Bienestar Social)
foto: Dolores García
 La violencia de género continua siendo hoy uno de los exponentes más evidentes de una visión en al que la mujer no tiene los mismos derechos que los hombres. Una visión ligada a muchas culturas diferentes, que exige una actividad no solo represiva para cuando ya se ha producido un ataque violento, sino una preventiva para que se desarrolle en la sociedad una conciencia de respeto y convivencia, de igualdad legal y real entre personas, es decir entre hombres y mujeres.

En esta línea cabe incluir las conferencias que Mossos d’Esquadra ofrecen, muy especialmente para que todos tengamos presentes cuales son los indicadores que señalan la presencia de esta violencia en sus primeros estadios.

En este caso la conferencia fue a cargo de David Vila, quien de manera concisa y clara abordó este tema que siempre es delicado y espinoso. Este resumen corresponde en gran medida a su conferencia, con cierta información complementaria de tipo legal, que puede ayudar a la tarea que todos nos hemos de imponer para ayudar a construir una sociedad más capacitada para la convivencia.

¿Qué se entiende por violencia de género? 
Es aquella violencia que padece la mujer por el hecho de ser mujer, no sólo en el ámbito familiar, sino laboral, social, etc., que engloba aspectos tan diversos como el maltrato psíquico, físico, sexual, económico, los matrimonios forzados, o la prostitución entendida como una forma de esclavitud forzada (¿Quien no ha visto mujeres en la carretera ejerciendo esta actividad haga mal o buen tiempo, y quien ha visto nunca a un hombre haciendo lo mismo?)


¿Por qué hay una atención especial a la violencia de género? 
Año 2010:
Al estudiar los datos correspondientes al número de muertes violentas en que la mujer era la víctima, de entrada se hubiera considerado que por violencia de género habían 14 en el ámbito de la pareja, pero al investigar los casos, la realidad demostró que la cifra era muy diferente: 74.

La diferencia consistía en que sólo 14 habían denunciado previamente, las otras 60 jamás lo habían hecho. Por tanto, aún hoy la violencia de género es un problema poco conocido y en gran medida oculto.

Denunciar.
Para poder saber la realidad del verdadero impacto de la violencia de género, es imprescindible saber cuantas mujeres la padecen, y esto sólo se puede saber si se denuncia.

Un cambio en las leyes y un cambio en la sociedad 
Tal como se ha dicho al inicio, hace falta extender entre la sociedad el convencimiento de que hombres y mujeres son iguales en derechos y deberes, que como personas no hay ninguna diferencia.

Indicadores de la violencia:
Una vez más es conveniente recordar que la violencia de género no se produce de repente, sino que es el resultado de un proceso que se inicia con señales a menudo sutiles que la víctima suele interpretar como muestras de interés o de protección por parte de su pareja; pero en realidad se trata de señales de control, como mirar el móvil, criticar la manera de vestir o de peinarse o alejar a la pareja de sus amistades, hacer llamadas de teléfono para controlar que se hace y donde se está. 

A veces, cuando las personas del entorno avisan a la víctima de la situación, está en lugar de reconocer las señales, suele considerar que no pasa nada, que es normal, que lo que ocurre es que su pareja es celosa, y interpreta estos celos como una señal de cariño.

El control se va incrementando, la inseguridad de la víctima, que piensa que no tiene capacidad o inteligencia, van paralelas al crecimiento del miedo, porque no quiere enfadar a su pareja. Cree que si la riñe, le estira del pelo, le pega o incluso le obliga a tener relaciones sexuales sin deseo, es todo culpa de ella.

El circuito del maltratador: 
El maltratador suele actuar repitiendo un circuito que reduce la seguridad de la víctima en ella misma: la riñe, la hace sentirse inútil, a la vez le dice que la quiere y que lo hace por su bien, se muestra afectuoso, y vuelve a empezar. Se trata en realidad de una verdadera gestión de manipulación de los sentimientos, las emociones, las inseguridades y la personalidad de la víctima.

A menudo en una segunda fase el hombre organiza en público escenas, donde dejar en evidencia a su compañera, habla de ella delante de los demás como de una inútil y se muestra él como una víctima.

En un tercer nivel el comportamiento dominante puede ser ya evidente para la mujer, pero persiste el recuerdo de los momentos bonitos, junto con el sentimiento de culpa y la propia disminución de la valoración que tiene de sí misma, con ello llega a genera una especie de “síndrome de Estocolmo" hacia el maltratador y su potencial verdugo.

Es un circuito donde se acumula tensión, se produce un estallido de violencia, se entra en una fase de reconciliación y después en una de calma; pero de nuevo se vuelve a producir un incremento de tensión que llevará a repetir el ciclo de violencia.

Además de lo que prevé la ley, y que como destaco una de las asistentes al acto que había sido víctima de violencia de género, no siempre funciona a la velocidad que sería necesaria; se necesita concienciarnos que es imprescindible hacer aflorar la realidad del comportamiento del maltratador para encontrar soluciones y evitar nuevas muertes.

Aspectos complementarios:
Desde que se inició la gestión de las víctimas de la violencia de género se han vivido etapas diversas, y se ha podido constatar que en ocasiones aspectos ajenos a la violencia impedían realizar una buena gestión; por ejemplo hubo un momento en que se ofrecieron papeles para legalizar situaciones de personas que no disponían de ellos si estas mujeres eran víctimas de la violencia de género, y las denuncias se multiplicaron, este efecto desapareció al desaparecer la oferta de documentos.

En ocasiones se han efectuado falsas denuncias para activar situaciones de procesos de divorcio; por cierto hay que recordar que esto está penado y que la víctima de la falsa denuncia tiene derecho a reclamar indemnización por daños morales.

Este aspecto de un índice de denuncias falsas ha sido utilizado por partes interesadas en hacer creer que la situación no era tan grave como se decía, pero al final, con sólo comprobar el número de mujeres muertas por violencia de género para entender que es un problema real ante el cual no podemos volver la espalda.

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